por Redazione FriuliSera
El aumento de la esperanza de vida en Italia y la crisis demográfica en curso también han traído consigo un incremento del número de personas no autosuficientes con discapacidades físicas o cognitivas que requieren asistencia domiciliaria o residencial. El sector de la RSA ha experimentado una fuerte expansión de los grandes grupos privados. Los principales actores del mercado italiano son Kos Care (perteneciente al grupo CIR-De Benedetti y al fondo F2i), Sereni Orizzonti de Massimo Blasoni -primer grupo por crecimiento en 2024- y las multinacionales francesas Korian y EMEIS (antes Orpea).
En el panorama de la atención a las personas mayores, Kos se posiciona como líder con su marca Anni Azzurri, que gestiona no sólo residencias para la tercera edad, sino también centros de salud y rehabilitación, con 6.200 camas concentradas principalmente en las regiones del norte. En fuerte expansión se encuentra el grupo friulano Sereni Orizzonti, que cuenta con 91 instalaciones y 6.000 camas en Italia, con presencia también en España, ofreciendo servicios que van desde residencias para mayores a comunidades psiquiátricas y de menores. Le siguen el grupo francés Korian, el lombardo Gheron y el toscano La Villa, vinculado a la francesa Maisons de Famille, que gestionan 3.400 y 2.200 camas respectivamente.
"Hay escasez de camas y se necesitan inversiones importantes", afirma Massimo Blasoni, fundador de Sereni Orizzonti, "y es el sector privado el que está llenando este vacío ante la escasez de fondos públicos. Nuestro grupo está construyendo 20 nuevas RSA en los próximos cinco años, con una inversión de 200 millones. La asistencia a domicilio tiene limitaciones objetivas para las personas mayores gravemente no autosuficientes, ya que no puede garantizar una presencia continua, mientras que los cuidadores, aunque esenciales, rara vez tienen una formación sanitaria adecuada. Por eso son imprescindibles las RSA, pero es necesario superar la fragmentación normativa regional y garantizar unas instalaciones de calidad, cómodas y acogedoras".
Muchas de las instalaciones existentes, tanto públicas como privadas, están obsoletas y no siempre garantizan un alto nivel de calidad. Por ello, el sector se orienta hacia soluciones más innovadoras y sostenibles. Los principios ESG (Environmental, Social, Governance) se están convirtiendo en una prioridad para quienes desean desarrollar nuevas instalaciones. Según datos de Istat actualizados a 1 de enero de 2023, en Italia hay 12.363 centros residenciales con unas 408.000 camas, lo que equivale a 7 por cada mil habitantes. Sin embargo, se observa una fuerte disparidad territorial: 10 camas por cada mil habitantes en el Norte frente a 3 en el Sur.
Sin embargo, la cuestión de los costes sigue estando en primer plano. Las cuotas diarias fluctúan entre 80 y 120 euros, y la aportación pública, realizada a través de las ASL y los municipios con criterios diferenciados por regiones, rara vez supera el 50% del importe. Esto ha propiciado el crecimiento de un mercado privado sufragado íntegramente por las familias. "En Alemania", señala Blasoni, "existe un sistema de protección por no autosuficiencia, que puede ser privado voluntario o público obligatorio: un mecanismo que, aunque se basa en las prestaciones durante la vida laboral, protege a los ancianos y evita que las familias tengan que sufragar por completo los costes, a menudo prohibitivos".
Otro problema crítico es la escasez de personal cualificado: cada vez es más difícil encontrar trabajadores sociales y enfermeros, con pocos titulados disponibles y una falta de atractivo del sector. Las propuestas para hacer frente a esta escasez van desde aumentos salariales, con el riesgo de que repercutan en los honorarios, hasta el recurso a personal extranjero, una solución complicada por la dificultad de reconocer las cualificaciones y a la que a veces se oponen las asociaciones profesionales.
Quizá falte una mejor planificación de los cursos universitarios: mientras tanto, el número de ancianos sigue creciendo. Debemos evitar una paradoja italiana: un país que destaca en longevidad pero corre el riesgo de no tener un modelo totalmente adecuado para cuidar a los mayores y los costes de la asistencia.
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